jueves, 17 de marzo de 2011

Papeles al zafacón...

Llevo rato tratándo de escribir y solo consigo arrojar papeles al zafacón cada vez que comienzo. Si, escribo primero en papel antes de ir a la tecnología. Digamos que no quiero perder el arte de la escritura y me gusta lo bonita que es mi letra (espacio para que el ego se manifieste saludablemente), jejeje. Dedico tiempo a cada letra para que quede “perfecta” en su forma. Así le rindo mérito a quienes me enseñaron a escribir.

El arrojar papeles al zafacón me puso a pensar en lo fácil que sería la vida si tan solo todo aquello que nos incomodara lo escribieramos en un papel y lo arrojaramos al zafacón. Esa seria una buena terapia pero, cuantas veces debemos arrojar el papel al zafacón para que encestemos el canasto y definitivamente se quede en el?

Algunas veces encestamos de la primera, otras no y ese papel se queda fuera, haciéndonos sentir su presencia para ponernos incomod@s. A veces lo recogemos y vamos a la segura con el enceste. Otras veces lo recogemos, volvemos a leer y encestamos. Entonces, llega el momento en que en ocasiones decidimos buscar en el zafacón el papel ya encestado… para que o porque?

Algun@s de ustedes podrán pensar que es una pérdida de tiempo volver a sacar ese papel del zafacón. Yo pienso que cuando no lo encestamos o lo sacamos es porque algo nos falta por hacer para que definitivamente se quede hundido en el zafacón y tenemos que releerlo. Es saludable hacerlo a veces porque algun@s de nosotr@s tenemos memoria corta. Necesitamos refrezcar escenas pasadas para no volver a cometer los mismo errores y si los volvemos a cometer es porque era necesario en nuestro camino de crecimiento el hacerlo. Solo hay que estar claros en no quedarnos atorados en ese circulo vicioso de cometer el mismo error una y otra vez.

Por eso, si es necesario que saques ese papel del zafacón y lo vuelvas a leer… hazlo!!!... leelo cuantas veces te sea necesario a fin de no cometer el mismo error de nuevo. Tu mism@ decidirás las veces que te sea necesario cometerlo para aprender la lección. Una vez aprendida la lección, entierra el papel en el zafacón del cual no lo volveras a sacar.

El papel… el zafacón… no encestar… encestar definitivamente…

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