Cicatrices

Las hay fisicas, emocionales, del alma y del corazón. Todas son iguales, son marcas en nuestra vida… son los trofeos de las batallas que libramos y salimos airosos.

En el día de hoy me acabo de realizar tres procesos quirurgicos que me marcan físicamente y permito que me afecten emocionalmente. A los 22 años me diagnósticaron Basal Cell Carcinoma (Carcinoma de la Célula Base). Condición rara para esa edad porque normalmente se manifiesta en personas mayores de 65 años. Son pequeños lunares cancerosos que se van manifestando en cualquier parte de mi cuerpo donde tome sol o no, no discrimina donde aparecer. Excelente condición para vivir en una isla!!!!

La cuestión está en que cada año pierdo un pedacito físico de mí y eso me afecta emocionalmente y máxime cuando son en la cara, como uno de los de hoy. Canalizo todo llorando, ok, lo acepto, soy un llorón!! Siempre me cuestiono el porque lloro. Soy un adulto que se supone sepa trabajar con la situación además de que ya debería estar acostumbrado a eso. Pero… sucede… lloro… a veces desde semanas antes de que ocurra el procedimiento.

Esta vez fue distinto. Desde temprano en la mañana recibí mensajes de texto de personas que no lo esperaba apoyándome y estaba mi mejor amigo conmigo, esta vez en calidad de amigo y no de pareja como lo había estado antes, despues de todo, mi amigo se ganó su derecho a estar presente allí. Normalmente recibo excelentes atenciones de parte de todo el personal de la oficina del médico… claro, soy un cliente bien recurrente!! Jejeje… pero hoy era distinto. Era mas profunda la situación, un ambiente mas personal en la sala de cirugías… las conversaciones fueron mas de corazón! “Viste que hermoso y soleado día te han regalado hoy”, dijo la enfermera, voltee a ver y si… era cierto!

Somos seres humanos, simples mortales cuya tendencia es a ahogarse en sus propias penas. Cada uno en esa sala tenía sus propias situaciones particulares, sus propias preocupaciones, sus propias angustias y sus propias penas. Y yo, preocupándome por un pequeño pedacito de carne que perdía!! Cuando hay personas que pierden mas y siguen viviendo. Pero todos nos unimos a ver el hermoso y soleado díá… lo que nos une nos hace fuertes.

Al salir de la sala, mi amigo estaba allí esperándome, brindándome su apoyo, cosa que le agradezco hoy y siempre. De mas esta decirles que lloré, como no hacerlo!, pero esta vez mis lagrimas no eran de lastima por la situación, eran de alegría por la oportunidad que se me dió de contar mis bendiciones. Despues de todo, tengo muchos trofeos...

Mira siempre a tu alrededor y cuenta tus bendiciones…